martes, 26 de agosto de 2008


Bienvenida

La búsqueda de una muerte digna es una falacia,
Karol Wojtyla.
Viven en una suerte de mundo alternativo
igualito a Disneyworld,
subvierte los códigos en uso.
Vivimos la muerte
más o menos igual que en el oscurantismo:
te puede tocar pasarte toda una eternidad
en la Bagdad de estos días o en El Paso, Texas.
Me recuerda mucho a aquellas huestes fantasmales
de aquel cuento de Ray Bradbury, The Crowd:
los fetiches artesanales plantean
un cuadro de situación y un claro posicionamiento.
Yo nunca entendí la idea del dolor físico
como sinónimo de fortaleza espiritual
y, ahora, me perturba.
La vida ha evolucionado
mucho más que la muerte…
La cosa tiene tal aire de parque temático:
está como está por culpa de una dieta para adelgazar.
Yo llegué a estar seguro de que el Papa
moriría el Viernes Santo
o, a más tardar, el Domingo de Resurrección;
Bussi aparecerá como Hitler;
sufriente pajarito de relojcucú,
una suerte de Pasión aggiornada,
digna de Mel Gibson,
pero deja de ser…

[Poema propio]