Este es el antecedente más lejano de las historietas que tanto me gustan hacer. Esas donde el absurdo, el sin sentido y hasta la nada misma caminan a sus anchas. Estas tiras nacieron allá por el año 2001 (antes del estallido), para un proyecto de revista impulsado por un grupo de estudiantes y recientes profesionales de distintas áreas sociales.
Por entonces, volvía al dibujo después de un largo tiempo (medido en años) y me lancé a dibujar así, sin plan previo. Dibujé lo primero que se me vino a la mente y me gustó el tono de lo que salió. Lo hizo por contraste: en una publicación que se pretendía de combate, ultra-ideologizada, habría algo que no dijera nada, que hablara de la nada misma. Y lo titulé acorde a ello: Carnival Fondieu, algo así como "Carnaval Fundido", en una mezcla de inglés y una extraña y trunca españolización del francés (por el vocablo "fondu"). "Carnival Fondieu" significa precisamente eso: nada.
Finalmente, la cosa se dilató tanto y la crisis pegaba tan fiero (sobre todo para jóvenes de entre 19 y 25 años, como lo éramos), que la revista jamás fue publicada y los dibujitos me los tuve que meter en el culo. Sin embargo, hoy, pese a no sentir orgullo por ellas y creer que es de lo peor que he hecho (y tengo cosas realmente deplorables), les sigo teniendo cariño, no sabría decir por qué. Seguramente por nada.
Por entonces, volvía al dibujo después de un largo tiempo (medido en años) y me lancé a dibujar así, sin plan previo. Dibujé lo primero que se me vino a la mente y me gustó el tono de lo que salió. Lo hizo por contraste: en una publicación que se pretendía de combate, ultra-ideologizada, habría algo que no dijera nada, que hablara de la nada misma. Y lo titulé acorde a ello: Carnival Fondieu, algo así como "Carnaval Fundido", en una mezcla de inglés y una extraña y trunca españolización del francés (por el vocablo "fondu"). "Carnival Fondieu" significa precisamente eso: nada.
Finalmente, la cosa se dilató tanto y la crisis pegaba tan fiero (sobre todo para jóvenes de entre 19 y 25 años, como lo éramos), que la revista jamás fue publicada y los dibujitos me los tuve que meter en el culo. Sin embargo, hoy, pese a no sentir orgullo por ellas y creer que es de lo peor que he hecho (y tengo cosas realmente deplorables), les sigo teniendo cariño, no sabría decir por qué. Seguramente por nada.
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